La ciencia y la medicina tienen una larga y preocupante historia de reforzar actitudes y creencias racistas, antiétnicas y sexistas. La ciencia del dolor no es una excepción.  Los conceptos erróneos acerca de la sensibilidad al dolor propuesta por médicos y científicos durante los siglos IXX y XX  cosificó las jerarquías sociales existentes, llegando hasta nuestros días. El cuidado del dolor sigue estando fuertemente influenciado por prejuicios y conceptos erróneos sobre el dolor. Un extenso cuerpo de investigación documenta las desigualdades del dolor por grupos sociodemográficos características (p. ej., grupo racializado, etnia, edad, sexo, identidad de género, posición socioeconómica, ubicación regional)…….

Replicando las palabras de un grupo de editores de revistas internacionales científicas de prestigio, recomendamos la lectura de esta interesante publicación, dirigida a autores, revisores y editores para promover una investigación y difusión del conocimiento inclusivos, representativos, justos e imparciales. Utilizando un lenguaje que sea inclusivo y minimice los sesgos. Incluyendo a las poblaciones representativas en la investigación del dolor e informando de forma exhaustiva los datos de las variables demográficas, utilizando marcos sociales para sus interpretaciones.

 En Resumen, reforzando la necesidad de avanzar en la promoción de la inclusión, la diversidad y la equidad en la ciencia del dolor.